sábado, 18 de octubre de 2014

Me sentí profundamente tocada



En estos días pasados de mucha lluvia, conducía yo el carro por un pueblito de la sabana bogotana cuando vi dos escenas que me tocaron profundamente. Todavía estoy pensando, por qué este tipo de imágenes tienen el poder tocarme fibras tan profundas del corazón.

Se las describiré.

Estaba lloviendo y por la carretera por la que yo iba a una velocidad lenta, vi a dos mujeres apresurando el paso para llegar probablemente a la carretera principal a coger el bus. Cuando las pasé vi que detrás de ellas a pocos pasos, iban sus dos hijas como de 8 años, corriendo bajo la lluvia para no quedarse atrás. Lo que más me causó ternura fue caer en cuenta que cada una de ellas llevaba en brazos a una muñeca bebé y que con cara de preocupación hacían lo posible por que éstas no se mojaran, cubriéndolas con la mano y tratando de envolverlas en su impermeable!

Esa fue la primera escena.

La segunda fue enseguida...

A unos metros tuve que frenar el carro para pasar una carrilera del tren y a un costado vi como un muchachito pequeño de no más de 6 años tiraba con todas sus fuerzas de un lazo largo a un realmente muy pequeño ternerito, el cual no quería moverse y hacía contrafuerza llevando todo su peso con las cuatro patas estiradas hacia la dirección contraria. Por detrás lo empujaba sin resultado ninguno, un niño de 8 años, probablemente el hermano del que tiraba la cuerda. Entendí que su afán era sacar al ternerito de la lluvia, mientras que ellos se mojaban completamente.

Se me vinieron las lágrimas de la ternura!!!

Cómo me enternece el ser humano y todas sus diferentes circunstancias en que se puede encontrar. Reflexionaba al pensar en estas dos escenas. Qué comienzos tan individualmente diferentes para estos niños y niñas ... y al mismo tiempo, los sabía y los sentía a cada uno de ellos inseridos en este gran y sabio mecanismo, llamado vida, en donde absolutamente nada acontece por casualidad, ni en vano. En donde todos podemos sentirnos amados, resguardados y a salvo, una vez hemos reconocido otro mecanismo, el de nuestra mente y el de nuestro ego, que si nos acabamos identificando con ellos, nos pueden convencer de lo contrario.




 


 
 
 
Agradezco a todos los que me están leyendo en tantos diferentes lugares del mundo, Colombia, Estados Unidos, Brasil, Panamá, Alemania, Polonia, Inglaterra, España, Suiza, Francia, Chile!
Me da una increíble sensación de expansión, constatar que por este medio puedo compartir con otros seres humanos como yo, mis pensamientos y emociones! Nuevamente muchas gracias!

Irene