sábado, 29 de noviembre de 2014

Como el Ave Fenix...

 
 


Antes de escoger el tema que quería compartir hoy en mi blog, me quedé pensando en cuál fue el motivo que me llevó a comenzar y crear un blog. Sigo sintiendo ese impulso y ese fuerte deseo de querer tener un espacio en el que yo pueda tratar de describir todo lo referente a las experiencias humanas en mi, que he tenido y voy teniendo a lo largo de mi vida y a las que de una u otra forma yo les doy y les encuentro un significado especial, más allá de lo que puede haber sido a simple vista.

Lo tengo muy claro que no quiero ser un blog más de los que comparten conocimientos, de hecho hay muchos realmente interesantes, sólo que no es la finalidad que yo tengo al escribir mi blog. Yo quiero compartir únicamente temas y contenidos con los que yo misma haya tenido algún tipo de experiencia o me relacione de alguna forma. No me quiero quedar en temas y contenidos teóricos, los cuales se pueden encontrar fácilmente en muchos libros, sino compartir mis vivencias, mis sentimientos, emociones y algunas conclusiones con respecto a los asuntos que traigo. Siento que a pesar de que todo esto sea muy subjetivo a mi, comparto estas experiencias con experiencias parecidas de miles de personas y que con nuestra calidad de seres humanos tenemos todo esto en común.

Tengo el gran deseo de intentar conectar con esa otra dimensión humana que hace parte de cada uno de nosotros y que siento muy olvidada, rechazada y negada. Es una dimensión a la cual no tenemos acceso con nuestro pensar racional, que en la actualidad es el que domina, desconectándonos de lo que nos hace seres humanos íntegros y felices. Es la dimensión, se podría decir de nuestro interior, a la cual podemos accesar por medio de llevar toda nuestra atención a lo que percibimos con nuestros sentidos, a nuestras emociones y sentimientos. 

Así es el tema que escogí para hoy, fue sentido y vivido por mi, o sea muy subjetivo...

En mi anterior publicación hablaba sobre el hecho de que podemos tener diferentes estados de consciencia y daba un ejemplo mío. Nuestra consciencia es un ámbito tan completamente vasto, que todavía estamos muy lejos de saber bien cómo funciona y qué es realmente. Es un tema que me intriga muchísimo y pienso que ya que todos la poseemos, podemos observar e investigarla en nosotros mismos, siendo nuestro propio laboratorio y científico.

Se sabe y se viene estudiando que por ejemplo, la meditación, la oración, la respiración, el yoga, la música, drogas, alcohol,  etc. pueden tener en nosotros el efecto de llevarnos a un estado alterado de consciencia.

Bajo un estado alterado de consciencia se entiende que se ha dado un cambio cualitativo en la manera o patrón del funcionamiento mental, o sea en la manera de pensar. La persona que lo está experimentando siente que su conciencia funciona en forma totalmente distinta de como lo hace normalmente.

Ya hace algún tiempo pude experimentar ese cambio de consciencia escuchando una música que curiosamente siempre ha tenido un efecto especial en mi, pero nunca como esa vez. Se trata de música Celta. Quiero compartir esta experiencia porque para mi fue muy significativa y muy esclarecedora de un gran tema, sobre el cual, como mujer, también hacía mucho tiempo venía reflexionando una y otra vez. Voy a relatarles mi experiencia y les quedará claro el tema en mención.

Una mañana me encontraba sola en mi casa, sentada a la mesa del comedor, relajándome y escuchando música Celta. Por la ventana entraba el sol y nuestro canario acompañaba la música con su canto. Me sentía muy tranquila y serena, gozando de las hermosas melodías que venía escuchando. Cerré los ojos y me dejé transportar por la música, la flauta, el arpa y sus hermosísimos sonidos.

Como si la melodía de la música dibujara mientras sonaba, comencé a ver imágenes en mi mente de muchas hermosas mujeres en un paisaje verde y espacioso. Ellas caminaban y se movían lentamente con gracilidad en su vestidos largos. Sus cabellos eran bellísimos y les llegaban hasta la cintura. Era como si yo estuviera ahí y las pudiera observar desde una cierta distancia. Sentí una profunda admiración por ellas, pues más allá de su belleza intuía toda su inmensa sabiduría y gran nobleza.










Supe que se trataba de Diosas...




Mientras las observaba, noté que comenzó a perfilarse una de ellas ante mi, mientras las demás se retiraban hacia el fondo, a un segundo plano. Ella era, igual a las demás, indescriptiblemente bella, por su sensualidad, su gracia y la gran dignidad que irradiaba! Me sentía como hipnotizada al contemplarla en primer plano, no podía creer que un ser así pudiera existir!

De repente comencé a ver que el paisaje cambiaba y que a estas mujeres, al igual que a la del primer plano, se les comenzaba a perseguir. Empecé a ver muchísimas horripilantes escenas en que hombres vulgares y primitivos, con gestos de gran odio las apresaban y las maltrataban violentamente, emocional y físicamente. Supe que estaba viendo los sucesos históricos por los que pasó el genero femenino sobre este planeta en una ráfaga. Pude presenciar el decaimiento de estos seres divinos, cómo ellas perdían su identidad como diosas, siendo perseguidas, humilladas, acusadas de brujería, torturadas y quemadas en miles de hogueras. Lo más triste fue entender que después de todo eso, ellas mismas ya no sabían de su propio valor! 

Caí en cuenta que yo me encontraba como al borde de ese escenario llorando desconsoladamente y sintiendo todo ese espantoso sufrimiento por el que las había visto pasar, en especial a la figura en primer plano. Yo no entendía cómo era posible que se le/les hiciera eso, qué grandísima injusticia, sentía una indignación en todo mi ser! Es que no sabían de quiénes se trataba, quiénes eran ellas?!

También pude observar que detrás de los horribles gestos de odio de los que les causaban todo este sufrimiento se escondía un enorme miedo... Miedo a qué?!!!

La escena fue calmándose y todo lo que quedó fueron montículos de cenizas echando humo después de la horripilante, terrorífica y violenta destrucción. Me veía a mi misma al borde de esa escena, acurrucada, totalmente sobresaltada y aterrorizada por lo que estaba presenciando.

Al cabo de un tiempo observé que del montículo de cenizas más cercano a mi, comenzó a erguirse lenta pero progresivamente aquella figura de primer plano. Era la diosa que había visto al principio, con todo su belleza y dignidad intactas! Renacía de las cenizas tal como el Ave Fénix! En todo su esplendor y sin un rasguño! La vi moverse lenta y serenamente hacia mi...Como si hubiera entendido en qué estado de desolación me encontraba, me pasó la mano por la cabeza en un gran gesto de consolación y la escuché decirme mientras me miraba directamente a los ojos, como queriendo hacerme entender:

"No me ha pasado absolutamente nada...! TODO ESTO TENÍA QUE SUCEDER!"



 

Toda mi indignación, mi miedo, mi terror, cesaron enseguida al escucharla decir esas palabras y supe que todo estaba bien! También sentí que había ganado un gran tesoro de conocimiento y de comprensión.

Después de esa experiencia quedé agotada y no supe cuánto tiempo había transcurrido, lo importante para mi fue, que efectivamente me sentía consolada y sí había entendido algo nuevo al respecto de este gran tema.
 
 
 
 
 
 

                                      Gracias por leerme...